
Ministro de Sanidad y el Primer Ministro
Guinea Ecuatorial ha cruzado una línea crítica en su lucha contra el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). En una decisión sin precedentes, el gobierno ha declarado oficialmente la expansión del virus como pandemia nacional, tras la publicación de datos alarmantes que reflejan un deterioro acelerado de la salud pública y el tejido social del país. Esta medida reconoce la gravedad de la situación, pero no basta con declaraciones: exige acciones firmes, estructurales y valientes.
BNN ÁFRICA, fiel a su compromiso con la justicia y la vida, lanza un manifiesto público en el que exige al Estado ecuatoguineano la aplicación inmediata de un plan nacional de emergencia contra el VIH y las enfermedades de transmisión sexual (ETS), con medidas drásticas, aunque incómodas, pero necesarias para detener el avance de esta tragedia humana.
Una tragedia anunciada
Durante años, especialistas, activistas y organizaciones internacionales han advertido del colapso sanitario que se avecinaba. Las causas son tan evidentes como evitables: impunidad institucional, permisividad cultural, prostitución normalizada, poligamia sin control, corrupción médica, escasa educación sexual y la explotación sexual de menores por parte de individuos con poder.
La situación ha degenerado hasta tal punto que la epidemia ya no distingue entre clases sociales, edades ni regiones. Se extiende como una sombra por escuelas, barrios, oficinas gubernamentales y comunidades rurales. El VIH ya no es solo un problema de salud: es una amenaza existencial para la nación.
Propuestas de BNN ÁFRICA: Una hoja de ruta para la salvación nacional
BNN ÁFRICA propone al Gobierno de Guinea Ecuatorial un conjunto de medidas excepcionales para contener y erradicar esta pandemia:
- Prohibición total de la poligamia en el territorio nacional. Esta práctica ha dejado de ser una tradición para convertirse en una herramienta de promiscuidad y contagio masivo. Su eliminación es clave para frenar el colapso sanitario.
- Penalización de la promoción, incitación y organización del sexo clandestino. Ya sea a través de redes sociales, medios audiovisuales, fiestas privadas o redes organizadas, debe considerarse un delito grave contra la salud pública.
- Clausura inmediata de todos los establecimientos sexuales del país. Bares prostibularios, burdeles encubiertos, casas de citas y cualquier otro foco de prostitución deben ser desmantelados por orden judicial.
- Prohibición estricta de certificados médicos falsos relacionados con enfermedades de transmisión sexual. Se debe castigar con prisión y retiro de licencias a todo médico, clínica u hospital que incurra en esta práctica criminal.
- Condena ejemplar a cualquier funcionario, militar o miembro del Gobierno implicado en abuso sexual de menores o adolescentes. Esta práctica, tristemente extendida, debe erradicarse con juicios públicos y sentencias máximas.
- Tipificación del contagio intencionado del VIH como homicidio. Quienes, con conocimiento de su diagnóstico, infecten deliberadamente a otra persona deben enfrentar cargos de intento de asesinato o asesinato consumado.
- Regulación del matrimonio y penalización del sexo fuera del vínculo conyugal. Se requiere una reforma legal que promueva la fidelidad y la estabilidad familiar, castigando con firmeza el libertinaje sexual que pone en riesgo a la comunidad.
Medidas adicionales de urgencia
- Educación sexual científica, obligatoria y desestigmatizadora en las escuelas. Desde la adolescencia, los jóvenes deben aprender a protegerse, a respetarse y a comprender el impacto de sus decisiones sexuales.
- Distribución gratuita y masiva de preservativos en todos los rincones del país. No puede haber prevención sin herramientas. Cada centro de salud, escuela, universidad y comunidad debe tener acceso constante a preservativos y pruebas rápidas.
- Creación de brigadas de moral y salud pública. Equipos mixtos, formados por sanitarios, inspectores y líderes comunitarios, que fiscalicen el cumplimiento de las medidas, intervengan en focos de riesgo y protejan a los más vulnerables.
- Lanzamiento de campañas nacionales para desnormalizar la promiscuidad sexual. Utilizando medios de comunicación, redes sociales, iglesias y líderes tradicionales, debe generarse una nueva narrativa que asocie la promiscuidad con enfermedad, sufrimiento y muerte.
- Programas de reinserción social para mujeres en situación de prostitución. Con apoyo económico, educativo y psicológico, estas mujeres deben ser tratadas como víctimas del sistema y ayudadas a construir una vida nueva.
- Creación de un tribunal especializado en delitos sexuales y sanitarios. Que actúe con rapidez, independencia y transparencia, garantizando justicia para las víctimas y castigo para los responsables.
Un llamado al presidente y a las conciencias
BNN ÁFRICA hace un llamado solemne al presidente Obiang Nguema Mbasogo, al Primer Ministro, al Ministerio de Sanidad y a todos los órganos del poder del Estado: ya no hay margen para la demora. Esta pandemia no espera. Las decisiones que se tomen hoy marcarán la diferencia entre la vida y la muerte de miles de compatriotas.
Ser valientes ahora evitará funerales mañana. Lo que parece duro, será recordado como necesario. La historia no perdonará la inacción, pero glorificará el coraje de un gobierno que decidió salvar a su pueblo con decisión, dignidad y sin contemplaciones.
Redacción de BNN ÁFRICA