
Anatolio Nzang Nguema
La reciente declaración del fiscal de Guinea Ecuatorial anunciando una investigación contra Baltasar EBANG ENGONGA, alias “Bello”, por un presunto delito contra la salud pública es un caso que expone las grietas profundas de la justicia en el país. En lugar de arrojar luz sobre el proceso judicial, estas acusaciones sugieren un sistema de justicia que parece más preocupado por el espectáculo que por la integridad.
Bello, actualmente encarcelado en la prisión de Black Beach en Malabo, fue captado hace pocos días en una grabación teniendo relaciones con una mujer en los baños de la cárcel, vestido con el uniforme penitenciario.
Esto plantea una pregunta fundamental: ¿cómo es posible que un recluso tenga acceso a un dispositivo móvil dentro de una prisión que supuestamente debería estar estrictamente vigilada? .Esto nos lleva a cuestionar si su estatus especial como nieto del presidente Obiang Nguema Mbasogo le garantiza privilegios que otros reclusos no tendrían.
El Foco en el Escándalo y no en la Justicia
El fiscal ha insinuado que Bello podría estar infectado con una enfermedad de transmisión sexual. Sin embargo, sorprende que se lancen estas afirmaciones públicamente sin ninguna prueba contundente, y en un proceso judicial serio, esto resulta preocupante. El fiscal, al hacer estas declaraciones, no solo expone la vida privada de un ciudadano, sino que lo hace sin ningún respeto a la presunción de inocencia ni al derecho a la privacidad.
De hecho, tampoco se ha demostrado en ningún momento que Bello haya obligado a estas mujeres a participar en dichas relaciones, sino que, según se ha visto en las grabaciones, parecían dispuestas a colaborar, incluso frente a la cámara. La narrativa parece diseñada para desviar la atención de lo verdaderamente importante: el estado de la justicia en Guinea Ecuatorial y las condiciones de igualdad ante la ley.
Doble Moral y Contradicciones
Resulta irónico, además, que sea precisamente este fiscal quien se atreva a hablar de moralidad y de delitos contra la salud pública, cuando él mismo arrastra un historial de escándalos y rumores de conductas impropias. La historia que circula sobre su disputa por asuntos amorosos con un colega añade una capa más de hipocresía a sus declaraciones. Si la Fiscalía fuera realmente imparcial, esta clase de incoherencias no serían toleradas en sus filas.
Desenfocando a la Opinión Pública
Más preocupante es el hecho de que, en lugar de ofrecer explicaciones sobre los privilegios de Bello en prisión, el fiscal centra el foco en el escándalo de su vida sexual. ¿No debería ser prioridad investigar por qué un preso que fue condenado por desfalcar al Estado sigue teniendo acceso a medios y comodidades impensables para otros reclusos? Parece claro que este giro mediático busca distraer a la población de las verdaderas cuestiones de justicia y corrupción.
Derechos Humanos y Privacidad: ¿Quién Protege a los Presos?
La divulgación pública de información sobre posibles enfermedades de transmisión sexual es una grave violación de los derechos fundamentales de Bello, sin importar los crímenes que haya cometido. Al margen de sus actos y de sus conexiones familiares, él, como cualquier otra persona, merece una protección de su privacidad, especialmente en cuanto a su estado de salud. Este acto de la Fiscalía abre una puerta peligrosa hacia la vulneración de derechos que debería preocuparnos a todos como sociedad.
Conclusión
El caso de Bello expone, más allá de su propia situación, la doble moral y la parcialidad de un sistema judicial que parece estar en función de los intereses de ciertos sectores de poder y de los vínculos familiares.
La Fiscalía debería concentrarse en hacer justicia, en garantizar la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y en respetar los derechos humanos, en lugar de hacer del proceso un circo mediático. Mientras los escándalos sexuales sigan siendo la cortina de humo, el pueblo guineano no verá resueltos los problemas de fondo: la corrupción, la impunidad y la falta de transparencia que aún dominan el panorama judicial del país.