
La activista afroestadounidense Assata Shakur, exintegrante de las Panteras Negras y figura emblemática de la lucha contra la discriminación racial en Estados Unidos, falleció en La Habana a los 78 años, según confirmaron fuentes oficiales en Cuba.
Shakur, cuyo nombre real era JoAnne Deborah Byron, fue condenada en 1977 por el asesinato de un policía en Nueva Jersey, aunque siempre defendió su inocencia y denunció haber sido víctima de un proceso político. En 1979 protagonizó una espectacular fuga de prisión y, años más tarde, recibió asilo en Cuba, donde permaneció hasta su muerte.
Estados Unidos la consideró durante décadas una de sus fugitivas más buscadas, llegando a ofrecer una recompensa millonaria por su captura. En Cuba, en cambio, fue vista como una voz contra la opresión racial y un símbolo de resistencia.
Su vida, entre el exilio, la lucha y la polémica, deja un legado que continúa dividiendo opiniones: para unos, una heroína que enfrentó la injusticia; para otros, una fugitiva de la justicia norteamericana.
Assata Shakur cierra su historia en La Habana, pero su nombre seguirá resonando en la memoria de los movimientos sociales de todo el mundo.
BNN África || Fuente: BBC Mundo